El cultivo de castaño de fruto presenta un nivel de abandono grande en la mayoría de las CCAA del norte, a excepción de Galicia, debido, en muchos casos, a la ubicación de las parcelas: mal comunicadas, distantes y con orografías en pendiente.
Sin embargo, en Galicia el castaño ocupa, según ll Anuario de estadística Agraria, una superficie de cultivo regular de castaño de fruto de 24.242 ha, de nuevo con las mayores superficies en Ourense y Lugo, además de más de un millón de árboles aislados de los que también se comercializa el fruto, siendo la región productora más importante (20.000 t).
En Castilla y León el castaño está presente en una superficie de 29.000 ha y con una producción de 9.000 t es la segunda región productora de este producto, seguida de Andalucía y Extremadura.
Por otro lado, los ejemplares residuales de castaño injertados con variedades ancestrales locales están presentes aún en el bosque mixto atlántico, compuesto por robles y acompañado por castaños y abedules. Estos bosques han sufrido una fuerte regresión al ser sustituidos por otros cultivos por ser el suelo que ocupaban el más adecuado para prados, cultivos, pinares y eucaliptales. Además, están sujetos a amenazas bióticas (chancro, avispilla del castaño) y abióticas (abandono, incendios...) que ponen en serio peligro su conservación. También se ha documentado la susceptibilidad de esta especie al cambio climático, especialmente en los ambientes mediterráneos más séricos. Y se ha evidenciado que la combinación de factores bióticos, como la presencia de avispilla, junto con otras patologías, probablemente aumente la vulnerabilidad de esta especie.
Factores de rentabilidad: Los factores que condicionan actualmente la rentabilidad en este sector son fundamentalmente las plagas y enfermedades, y el abandono del medio rural.
No obstante, la producción de castaña en Europa ha descendido notablemente en términos relativos a nivel mundial y la incidencia de las plagas y enfermedades ha propiciado un incremento de las importaciones de castaña desde Turquía, China (C. mollisima) e incluso Chile.
Debilidades
El estado actual de las masas de castaño presentan afecciones fitosanitarias importantes, como el chancro, la tinta o la avispilla. Ello, unido a las dificultades de realización de una gestión integral, presenta masas envejecidas con una baja productividad. A esto se le debe añadir un medio rural envejecido, con dificultad para adecuarse a las necesidades formativas que permitan la puesta en marcha de modelos de gestión más sostenibles.
Por otro lado, el escaso desarrollo en algunas zonas de industrias transformadoras locales y el bajo desarrollo de productos diferenciados, limita una estructura productiva equilibrada que se adapte mejor a las necesidades de la demanda.
Fortalezas
La castaña en España presenta una elevada diversidad genética y varietal, siendo un patrimonio natural de innegable valor que permite la generación de oportunidades en el medio rural. Además, el creciente interés sobre la especie, ha permitido el desarrollo de grupos de investigación e innovación especializados, promoviéndose un importante dinamismo sectorial bajo la coordinación de diferentes estructuras de concertación, tanto nacionales como autonómicas.
El dinamismo del sector y el hecho de tratarse de un bien cultural arraigado, ha permitido su protección con marcas de calidad (IGP Castaña de Galicia, M.G. de la Castaña del Bierzo), siendo objeto de planes estratégicos autonómicos de competitividad del sector primario y de desarrollo económico del medio rural. En los últimos años, ese dinamismo ha contribuido a la realización de nuevas plantaciones y técnicas de cultivo, permitiendo la posibilidad de llegar a acuerdos de colaboración y contratación entre el productor primario y las industrias comercializadoras.
Amenazas
El abandono y la falta de gestión han favorecido que se incrementen los daños por incendios, favoreciéndose también la extensión de enfermedades como el chancro y la tinta. En los últimos años la llegada de la avispilla ha puesto de manifiesto la falta de actuaciones coordinadas para la conservación del hábitat.
Estas amenazas suponen la desaparición del castaño como el único recurso generador de rentas en muchas áreas, lo cual repercute en la economía del medio rural y en la supervivencia de las familias que en él viven.
Por todo ello, las sinergias entre los distintos factores bióticos y abióticos, unidos a la coyuntura de los mercados mundiales están acelerando la vulnerabilidad de la especie.
Oportunidades
La existencias de planes y estrategias como el plan forestal o el propio plan de desarrollo rural enmarcadas en políticas europeas, con medidas que estructuran las acciones necesarias para el desarrollo de las áreas rurales en las que el castaño es característico, favorecen la importancia y la necesidad de conservar los sistemas agrarios de alto valor natural.
En el ámbito comercial e industrial, la castaña es un producto altamente demandado y valorado, al tratarse de un producto natural, sano y apto para la población con ciertas intolerancias alimentarias, pudiendo proveer mercados exigentes en cuanto a la necesidad de alimentos de calidad.