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Medidas sanitarias innovadoras al servicio del ecosistema del castaño

SOBRE EL PROYECTO

El castaño (Castanea sativa Mill.) es una especie forestal frondosa estratégica en la vida rural de muchos pueblos de la zona occidental de nuestro país. La producción de fruto y su aprovechamiento de madera suponen actividades tradicionales ligadas a la economía de los pueblos. 

Su fruto era base fundamental de la alimentación y su madera era básica para la realización de las estructuras de las viviendas y en la fabricación de elementos de carpintería, mobiliario y utensilios de madera. Las peores calidades y los restos de poda eran aprovechados bien como estacas de cierre o como leña.

España cuenta con algo más de 440.000 hectáreas de castaño según el Mapa Forestal Nacional, centradas en las provincias de Asturias, Lugo, Ourense, León y Salamanca. Sin embargo, el castaño está presente en casi todas las CCAA en mayor o menor presencia, incluyendo Canarias, salvo las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla. Los datos proporcionados por la Red Estatal del Castaño recogen una superficie de cultivo regular de castaño de fruto de 111.000 ha, con las mayores superficies en Ourense y Lugo, además de más de un millón de árboles aislados de los que también se comercializa el fruto.  
España es el tercer productor de castaña de Europa después de Italia y Portugal con 40.000 toneladas (2015), pero la Europa de los 27 sólo produce 187.000 t frente a las 1.650.000 t que produce China, por lo que las posibilidades de exportación son grandes, puesto que la castaña china (C. mollisima) es muy inferior a la europea en cuanto a características organolépticas.

Estas buenas perspectivas, sin embargo, se ven empañadas por serias amenazas sanitarias, la tinta y el chancro, y por la reciente entrada en el país de la misma plaga que ha provocado la caída de los mercados europeos más importantes, la avispilla del castaño, que fue detectada en 2012 en Cataluña, en 2013 Andalucía y 2014 en Asturias y en Galicia. De estos problemas sanitarios, los que en este momento plantean mayores problemas son los del chancro (Cryphonectria parasitica) y el de la avispilla (Dryocosmus kuriphilus) puesto que para la tinta (Phytophthora cinnamomi) se dispone de materiales forestales de reproducción y portainjertos resistentes a la enfermedad, si bien hay mucho por hacer en cuanto a conocimiento de estos materiales para su correcto uso en cada región. 

Esta situación está afectando de forma importante no sólo al cultivo del castaño, sino a las industrias vinculadas a este cultivo, tanto de fruto como de transformación de la madera de castaño. En los últimos tres años, la caída del mercado italiano y francés debido a la entrada de la avispilla ha generado un incremento importante del número de hectáreas plantadas de castaño en España, que ahora se ven afectadas por la misma plaga lo que provocará sin duda una caída de la producción, que se va a hacer patente en breve. Por otra parte, la afección del chancro unido a una falta de cuidados del árbol orientados a producir madera de buena calidad supone una falta de un suministro estable de madera de calidad, lo que ha provocado que en la actualidad el consumo de la madera de castaño en nuestro país sea muy bajo. La madera que se produce es de grosores bajos, por los fustes afectados por chancros y las podas defectuosas por lo que la mayor parte de la madera para trasformación de castaño se importa. Sin embargo, recientemente se ha avanzado en la inclusión del castaño en la Norma de calidad de madera, que debe ser la base de la selección de ejemplares por calidad de madera, y del desarrollo de una industrial nacional que use materia prima del país.

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